SIGNOS DE ALARMA
- Herida de gran tamaño o con pérdida de músculo o hueso.
- Presencia de hemorragia intensa.
- Herida localizada en el cuello, cerca de un orificio natural, ojo o párpados, tórax, abdomen o espalda.
- Herida con cuerpos extraños: cuchillo, arena, tierra, etc.
- Heridas en personas con circunstancias especiales: niños pequeños, ancianos, diabéticos, alcohólicos, etc.
- El herido comienza a perder la conciencia y está frío y pálido.
- La herida está enrojecida, supura pus o líquidos y existe dolor local.
Si las heridas no son tratadas correctamente se puede producir una infección que empeore la situación del paciente. Esta infección se puede dar por sustancias ajenas o del propio organismo como las heces o la orina, por invasión de microorganismos o por alteración en los tejidos cercanos a la herida (edemas, calor, exudado,etc.).