Nuestro cuerpo oxida sustancias como la glucosa a partir de los alimentos que consumimos en la dieta para producir energía. Mediante estos procesos metabólicos, las moléculas de oxígeno se reducen para producir
superóxidos. Estas especies reactivas de oxigeno normalmente están presentes en concentraciones muy bajas en nuestro organismo dado que, en una situación no patológica, estos productos metabólicos son eliminados mediante su unión con antioxidantes. Sin embargo, bajo ciertas
condiciones, se puede producir una acumulación excesiva de oxígeno reactivo, lo que puede causar daños, como la alteración de lípidos o proteínas, pudiendo llegar a causar la disfunción celular y en el caso del ojo pudiendo llegar a producir daños irreversibles.Este fenómeno aumenta con la edad. Sabiendo esto se han planteado recientemente numerosos estudios de tratamientos con antioxidantes que nos podrían ayudar a prevenir ciertas patologías generadas en el globo ocular.
¿Es cierto que los antioxidantes nos pueden ayudar a curar estas patologías?
A medida que aumenta nuestra edad, hay un aumento en la prevalencia de cataratas, glaucoma, degeneración macular, retinopatía y otras causas de ceguera.
CATARATAS
Son la opacidad, total o parcial, del cristalino, lo cual afecta directamente a la visión. Son producidas por una gran variedad de factores, como la
exposición a la radiación ultravioleta dado que guarda relación con el daño causado por ROS (especies reactivas de oxígeno).
Para determinar si los antioxidantes podían ser la cura de las cataratas se realizaron dos estudios de doble ciego en un primer momento, en los que a los participantes se les suministraban unas gotas de N-acetilcarnosina y cuyos resultados fueron no concluyentes por contradicciones entre ambos y por considerar la existencia de conflictos de intereses en los estudios. Posteriormente, se realizó un tercer estudio en el que se observó que el antioxidante no tuvo un efecto significativo sobre la oxidación de las cristalinas más abundantes, α y β-crystallin, por lo que la suministración de la N-acetilcarnosina no tuvo ningún efecto sobre la prevención del daño oxidativo del cristalino.
GLAUCOMA
Es un conjunto de enfermedades que producen un aumento en la presión de los ojos y que derivan en el daño del nervio óptico. Los individuos que presentan esta enfermedad en un primer lugar no presentarán sintomatología, pero con el paso del tiempo y sin tratamiento, estos perderán progresivamente su visión periférica o lateral, pasando por la sensación de estar mirando a través un túnel, hasta llegar en un último término a la ceguera total. Hay dos formas principales de glaucoma, el cerrado y el abierto.
Hoy en día se sabe que existe cierta relación
entre el glaucoma (sobre todo el de ángulo abierto) con un déficit de los niveles de antioxidantes, que sería producido por una mutación en el gen de un trasportador que tiene una vital importancia en la entrega de vitamina C a distintas células. Se han realizado algunos estudios que confirman que la suplementación con antioxidantes puede llegar a ser útil en estos casos, pero solo en la prevención de la enfermedad, una vez que el daño se ha producido, ya no habría vuelta atrás.
DEGENERACIÓN MACULAR
Es un trastorno ocular que consiste en la destrucción de la visión central y aguda, lo cual dificulta la visualización de detalles finos y la realización de actividades de la vida diaria como puede ser la lectura. Esta pérdida de visión con el paso del tiempo se puede extender a áreas periféricas.Varios estudios han confirmado que los individuos que padecen DMAE pueden experimentar un retraso en la progresión de la enfermedad mediante la utilización de suplementos vitamínicos y minerales antioxidantes.
Si los resultados de los estudios son ciertos, los antioxidantes pueden llegar actuar en la prevención de enfermedades tales como el glaucoma, las cataratas y la DMAE, pero nunca van a curar los daños que ya se han producido en nuestros ojos.
Se puede decir que alimentos como las zanahorias, que contienen betacarotenos (los cuales se pueden transformar a vitamina A, que es un antioxidante) pueden colaborar en cierta medida en la prevención de dichas enfermedades, pero no en su curación.